No tiene caso

Últimamente, el Callado se ha enfrascado en innumerables debates con personas con pensamientos e ideas opuestas a las que rondan su mente y espiritú. Interminables discusiones que lo único que dejan es un perlado de sudor en la frente y una acelerada perdida del cabello.

Elca no se atreve a clasificarse políticamente a si mismo pero sí ha de hacerlo, él diría que es un libertario, no de derecha y mucho menos de izquierda. Diría que abraza el minarquismo, gran palabra pensará el querido lector, pero ¿qué chingados es eso? Habla de un gobierno mínimo, acotado, un poder sin tanto poder. Económicamente el Callado es un religioso admirador del capitalismo y del libre mercado.

Otra característica del Callado es su ateísmo. Elca jamás caerá en el cliché de criticar única y exclusivamente (una muletilla conectada con otra muletilla, parece que el Callado empieza a escribir como hablan las señoras sin criterio propio) al cristianismo en sus diferentes envases, como si esa fuera la única religión ridícula. Sin embargo, el no quiere ni pensar en morir y despertar después en un lugar lleno de mormones y cristianos, de señoras mochas de Puebla y seguidores del Cristo Vivo. No que no. El infierno, con su fuego y sus torturas, es una mejor opción.

Falta por decir que el Callado disfruta de la fiesta de los toros y que desprecia el juicio moral que vomitan los ecologistas.

Con esto el lector y la lectora sabrán bien en que esquina se coloca Elca en una lucha verbal de estos espinosos temas.

Lamentablemente para el Callado, nunca, y enfatiza ¡NUNCA! ha logrado tener una discusión real. Nunca ha encontrado un oponente con el cual pueda trenzarse en una verdadera batalla como las que se viven en la Arena México.

Por alguna razón, los interlocutores con los que el Callado se ha topado no son capaces de contrarrestar las ideas con otras ideas. Jamás emplean un argumento, Jamás dicen: “Estás equivocado por esto, esto y esto más”. No, su estrategia es la de denostar, personalizar y denigrar. Pero el origen de las ideas no es parte de la idea en sí, por lo tanto, no puedes desvalorar una afirmación y tratar de destruirla si quien la dijo a tu consideración es indigno.

Lo cierto es que a veces creo que Elca pide mucho de sus adversarios, cuando en realidad son verdaderamente tontos. Suelen, por ejemplo, correlacionar cosas que no tienen ninguna relación. Si ganó el PRI y el precio del huevo sube y México gana medalla de oro en los juegos olímpicos todo al mismo tiempo ¡Tiene que haber una relación!

Si lo dice una fuente en la cual no confían entonces para ellos eso debe ser falso: Eso viene de PRI-lenio.

Siempre apelan a la cursilería y a la emoción, no a la razón. Sus discursos están llenos de palabras como anhelos, ideales, virtud, saber, patriotismo, limpieza, honor, moral, dignidad, etcétera. Pero nada de eso hace sus razonamientos ni remotamente claros, al contrario, hacen que caigas en un remolino de frases rebuscadas.

Suelen recurrir a la evasión. Siempre que se encuentran acorralados en una critica salen del enredo regresando la acusación: Esta bien, AMLO está ligado empresas que se llevaron 200 millones de pesos sin licitar, pero ¡qué me dices de Moreira y de Montiel que son cercanos a Peña Nieto!

Asumir que si muchos siguen a fulano o creen que X cosa es prueba de su gran valía es un grave error. Si AMLO llena el Zócalo cada que se le da la gana no es prueba de su autoridad moral ni de que el ganó la elección. Tampoco es prueba de la existencia de Dios o de la virgen de Guadalupe la gran cantidad de peregrinos que visitan la Basílica.

Tampoco se vale apelar a la autoridad para que tu argumento sea verdadero y deba de ser aceptado de manera contundente: Eso lo dijo Marx, Está en la Biblia.

Algo que Elca detesta es cuando un ecologista le dice “Esto es cien por ciento natural” como si los productos de origen natural no te pudieran hacer daño. El veneno de serpiente es natural, las semillas de ricino, también.

Las anécdotas, las vivencias, los testimonios ¡no son pruebas de nada!: me dijeron que vieron a unos comprando votos, la amiga de mi tía se lo tomaba y bajo mucho de peso.

En fin, tratar de enumerar la infinidad de no-argumentos y no-razonamientos ha dejado al Callado exhausto. La conclusión es no buscar este tipo de discusiones. No tiene caso. Si el perro de la vida diaria recoge una de ellas y la arroja a tus pies, ignora la ofrenda, y como dice el Encantador de perros: Shhhh.

 

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