Reseña del concierto de Radiohead en el Foro Sol 17/04/2012

Es increíble la capacidad de Radiohead para crear ambientes que atraviesan los oídos y llegan hasta lo más profundo de tu alma hasta, como dice Thom en “Karma Police”, perderte por un minuto.

Los conciertos tuvieron lugar, como hace 3 años, en el Foro Sol; un sitio gigantesco, no pensado para conciertos que, sin embargo, ha servido de escenario para los más grandes iconos del Rock. Yo únicamente, y muy a mi pesar, asistí al primero de ellos. No por falta de dinero, si no por autocontrol —no quiero terminar como una belieber—.

Radiohead estaba programado para encabezar los dos fines de semana del Festival Coachella 2012. Si tienes avión privado, la Ciudad de México queda a tiro de piedra por lo que la banda aprovechó para dar 2 shows aquí en medio de sus presentaciones en California.

A los originarios de Oxfordshire los acompañaron Other Lives y Caribou. Al escuchar a estas dos bandas fue fácil entender porque fueron invitados para abrir los conciertos. Ambas tienen una gran influencia de Radiohead en sus composiciones. Other Lives tiene la melancolía de las letras de Thom Yorke por todos lados. La interpretación del vocalista junto con los arreglos de las canciones fueron de gran agrado para los presentes, por lo que la banda no recibió insultos ni les aventaron basura, como suele pasar.

Después llegó la lluvia, de esa lluvia que no te deja empapado pero ¡ah, como chinga! Salió Caribou, una banda con un gran baterista y que un frontman que le pone arreglos electrónicos a las canciones, lo que te hace recordar al Kid A, el disco más “artificial” de Radiohead. No se extendieron demasiado, por lo que la emoción de ver a los asistentes preparar el escenario para la banda principal no se hizo esperar. 40 minutos de conectar cables, probar las guitarras, los bajos y las percusiones, checar los micrófonos, los monitores, las luces, las cámaras, etcétera, etcétera. En está gira, Clive Dreamer, baterista de Portishead, acompaña a la banda en un segundo set de batería que le da un toque diferente a las canciones, en especial, en las del nuevo disco, The King of Limbs.

Y entonces, se apagaron las luces. Los gritos ensordecedores llenaron la penumbra cuando una tenue luz azul surgía de atrás del escenario y empezaron a caminar los músicos hasta tomar sus puestos. Thom Yorke fue el último en entrar, saludó brevemente al publico y, posteriormente, empezaron a sonar las primeras notas de “Bloom”.

Un escenario maravilloso: Una cortina de tubos de luz al fondo, una pantalla de, al menos, 3 metros de alto y que rodeaba todo el campo visual. Pero lo más impresionante eran las 12 pantallas colgantes, las cuales, cambiaban de posición entre canciones. Cada una proyectaba el rostro de uno de los 6 integrantes de la banda en diferentes ángulos y con diferentes matices.

Ed O’Brien, en un elegante saco oscuro y un sombrero, era el que quedaba más cerca de mí. Se notaba realmente alegre y entusiasmado. El publico mexicano ya no es un desconocido para él por lo que pude percibir la confianza en su mirada.

Los movimientos de Thom le demuestran a cualquiera que el rock no es sólo ruido, drogas y sexo, también es emoción, es sentimiento, es vida. Él usaba una chamarra de cuero y traía su rubio cabello recogido en una coleta, que se fue soltando poco a poco mientras avanzaba la noche.

Agradecí mucho el lugar en donde me tocó estar parado. El mexicano, por lo general, va a los conciertos no a escuchar a la banda sino a cantar con ellos. Se saben todas las canciones y no se callan en toda la noche. Pero esta vez quede rodeado de gente más sensata que no me gritaban en la oreja y pude disfrutar plenamente cada una de las canciones. Pude gozar de “Airbag” y de “I Might Be Wrong” en pleno.

Las canciones que escogieron para esa noche incluyeron, obviamente, las del nuevo disco, como “Lotus flower” que recibió una gran ovación. También estuvo presente “Identikit”, canción totalmente nueva que está siendo presentada en esta gira y que no forma parte de ningún disco hasta ahora.

Uno de los momentos más memorables de la noche fue después del primer encore —el encore es cuando la banda se va del escenario, la gente grita “¡Oootra, oootra!” y la banda regresa— cuando tocaron “Exit Music (For a Film)”. Por alguna extraña razón, cuando por primera vez interpretaron la misma canción en México, el 16 de marzo del 2009, se equivocaron y no lograron terminarla, por lo que, escuchar esa gloriosa canción completa fue un catarsis para mí y una deuda saldada para ellos.

Tocaron “Paranoid Android” y posterior a esta sacudida surrealista nos fuimos al segundo encore. Regresaron Thom y Jonny Greenwood que usó una sudadera roja para tocar “Give Up The Ghost” ellos solos. Un momento mágico donde dos seres humanos llenaron los corazones de miles.

El final de este magnifico viaje llegó con “Street Spirit (Fade Out)” en la cual, Thom Yorke termina dándonos un mensaje al que todos, fans o no, debemos hacer caso: Immerse your soul in love —Sumerge tu alma en el amor—.

Terminó el concierto, Colin Greenwood y Phil Selway pasaron al frente para dar las gracias junto con sus compañeros, el publico también agradece mientras yo regreso lentamente a la realidad después de dos de las mejores horas de mi vida.